Sir
Frederick Barker (Herbert Marshall) y Anthony Halton (Melvyn Douglas) hablan en
casa del primero de la misma mujer, sin saberlo. La película es Ángel, de Ernest Lubitsch (1937). El
guión, de Samson Raphaelson, a partir de la pieza teatral de Melchior
Lengyel. Ella, esa mujer, es María para uno y Ángel para el otro; para todos
los demás, Marlene Dietrich.
BARKER:
Hola, amigo, me alegro de verte.
HALTON:
Hola.
B.:
Hacía tiempo que no tomaba tantas copas como ayer.
H.:
De hecho, yo también tomé demasiadas.
B.:
Me alegro de que hayas podido romper tu otro compromiso.
H.:
Bueno… Es curioso. Sólo te conozco desde ayer y… aún así…
B.:
Me siento igual. Es curioso, ¿no? Vamos a sentarnos.
H.:
He estado siguiendo tu causa en los periódicos. Admiro lo que has hecho. Admiro
tu valor e inteligencia, y el arrojo con que te enfrentas a tus problemas. Yo…
Estoy orgulloso de estar en tu casa.
B.:
Gracias. (Enciende un cigarrillo) He
estado pensando mucho en ti.
H.:
Espero que mi pequeña historia no te haya preocupado.
B.:
Es una historia poco corriente. No me importaría leerla en una novela. Pero no
me gustaría ser el protagonista. O tenerle como amigo.
H.:
Gracias, Barker.
B.:
Créeme, un hombre no debería crearse problemas.
H.:
Supongo que eso es lo que Bruto le dijo a César cuando César dijo: “Bruto,
acabo de conocer a una chica egipcia llamada Cleopatra. Me está volviendo
loco”.
B.:
Si recuerdo correctamente, César lo superó, ¿no?
H.:
Pero Cleopatra no era Ángel. Si César hubiera conocido a Ángel… habría cambiado
la historia del Imperio Romano.
B.:
Habría caído doscientos años antes.
H.:
¿Qué son doscientos años en la Historia? Veinticinco páginas. Pero una hora con
Ángel…
B.:
Sesenta minutos.
H.:
(Niega con la cabeza) Tres mil
seiscientos segundos.
B.:
Bueno, me rindo. Siempre es difícil razonar con un hombre enamorado. Me temo
que eres un hombre enamorado.
H.:
No lo sé. Puede que sea más que amor, o menos que amor.
B.:
Bueno, decídete. ¿Qué es?
H.:
Es un sentimiento determinado. Un secreto entre dos personas y sólo entre esas
dos personas. Algo que no puede… Vamos, ¿nunca has perdido la cabeza por una
mujer? ¿No has sentido que podías dejar de buscar, que lo habías encontrado?
B.:
Sí. Y vas a conocerla.
7 comentarios:
Ni juntando los diálogos más sagaces de los estrenos de este último año conseguiríamos uno como este. Claro... este es un diálogo con sello y es, por tanto, literatura hecha cine. Vamos, lo que debería ser el cine. Lo que era antes de tanto artificio inútil. Un abrazo
Qué gozada de diálogos, lo mismo que en las películas de ahora, sí...
Un abrazo.
La película es encantadora, todos los actores lo bordan, pero lo mejor es ver las travesuras de Lubitsch, como las de esta secuencia.
Abrazos
JOSÉ LUIS MARTINEZ CLARES y SETEFILLA: salvo honrosas excepciones, los diálogos cinematográficos de hoy oscilan entre lo deliberadamente insubstancial y lo pretencioso. Lo que hoy es excepción, en el cine clásico era norma. Incluso hay películas serie B con magníficos diálogos. Hoy, sin embargo, están algunas series. Ahora estoy recuperando Downton Abbey: muy buenos diálogos, al menos en lo que llevo de la primera temporada. Un abrazo a ambos, amigos.
ETHAN: Angel es una sucesión de impagables travesuras, o toques, una memorable película que descubrí muy tarde y que entró de inmediato en el cuadro de honor de mis títulos favoritos. Un abrazo.
Una delicia, Juan. Y dices bien, hoy es la excepción. Pocas historias pasan la media y ni te cuento los diálogos.
De aquellos podemos recordar hasta los puntos y las comas e incorporarlos en una converación de amigos.
Espero que la arqueología cinematografica te lleve a descubrir otras joyas, a mí me ocurre y lo disfruto aunque sea con años de retraso.
Un beso
P.D Me permito dejarte una pequeña muestra ..así.. como se las gastaban en un cine que ya no se hace.
ABRIL: A estas alturas ya es raro que descubra una vieja joya, pero aún sucede. Ocurrió con esta hace pocos años. Eso sí, si son muy antiguas, es imprescindible que las vea en original con subtítulos. Es frecuente que los clásicos más remotos -años 30 y 40- tengan doblajes recientes por deterioro del doblaje de su tiempo, y no puedo soportarlo. A veces ni siquiera respetan la música original. Y me pones como muestra la madre de todos los guiones: lo de All about Eve es la perfección convertida en réplicas cinematográficas.
Un beso
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