lunes, 23 de junio de 2014

Piña colada


José Luis Garci no recoge la piña colada entre los diez cócteles que cambiaron el mundo, ni falta que hace para que este año sea la bebida con la cual el Loser agasaja a sus clientes por San Juan. Es el cóctel favorito de la chica que ocupa el corazón del barman desde hace treinta años, y eso basta para que ya circulen de mesa en mesa las copas bien heladas de tan sugerente bebedizo caribeño. Si nos paramos a pensarlo, se trata de un combinado que dice mucho de quien lo toma: es un trago fresco, dulce y de espacios preferentemente abiertos; además, la participación del alcohol no es tan abusiva que llegue a alterar demasiado el sabor de la piña y la crema de coco, si acaso le añade al encuentro entre ambos el empuje oculto de aquellos quince hombres que iban detrás del cofre del muerto, le añade una llamarada sin color en el interior del pálido, denso y frío cuerpo coronado de espuma, y azúcares en su caña destilados para broncear el alma. Dicho de otra manera: una vez que el líquido ha pasado de la copa a nuestra boca a través de la pajita, la sabia mezcla de ambas frutas tropicales es la responsable del gesto de relamerse y paladear con delicia, pero es al ron al que le debemos el brillo especial de los ojos y la sonrisa propia de nuestra innata complicidad con los placeres más atrevidos.

No conozco otro cóctel que tenga el honor de haber sido declarado bebida oficial de un país: la piña colada lo es de Puerto Rico desde 1978. Dos hombres se disputan su paternidad: Ramón “Monchito” Marrero, en el 54, siendo barman del Hotel Caribe Hilton de San Juan, y el español Ramón Portas Mingot, barman a su vez del restaurante Barrachina, también en la capital puertorriqueña (ya se ve que, al menos por cuna, la piña colada es el cóctel sanjuanero por excelencia), en el año 1963. Eso sí, en ambos casos se cuenta que los ingredientes se mezclan en batidora. Sin embargo, yo prefiero la más antigua versión de su nacimiento, la que habla del pirata Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano y del brebaje a base de coco, piña y ron que en la segunda década del siglo XIX les ofrecía a sus hombres -a saber en qué explosivas proporciones- para infundirles valor; la receta, en cualquier caso, se perdió el mismo día en que las autoridades coloniales españolas lo fusilaron (es decir, el 29 de marzo de 1825). 

Ilustración de N. C. Wyeth para La isla del tesoro

La piña colada que preparamos aquí, en el Loser, parte de la receta original de “Monchito” y más o menos adopta su propia identidad: una parte de ron blanco, una parte de Batida de Coco Mangaroca, una de nata líquida espesa, seis partes de piña natural –o de lata- troceada y bastante hielo, todo ello batido en batidora americana hasta que adquiere cuerpo. La pajita es obligada; los adornos, si acaso, quedan al capricho del barman.

No hay lugar en el que no pueda tomarse cualquier cóctel, naturalmente, pero si hemos de ser justos la piña colada pide playa de arenas doradas, tal vez a media mañana, cuando las altas palmeras próximas se recortan contra cielo limpio, tal vez a la caída de la tarde, en esa misma playa pero ahora instalados en un bar abierto por los cuatro costados, con techo de paja y plantas exóticas y sillas de mimbre con grandes respaldos, o de noche, con el mar sonando ahí en la oscuridad, de donde viene la brisa que hace temblar la luz de las velas que hay en la mesa. Podemos imaginar que el Loser es hoy un lugar así. O podemos imaginar, qué diablos, que en nuestro pequeño escenario de siempre un tipo llamado Elvis interpreta la canción que a mí más me gustaría escuchar con una piña colada en las manos: el Return to Sender.

8 comentarios:

abril en paris dijo...

Paladeando el delicioso néctar con ese puntito de ron que adormece los sentidos a ésta hora de la tarde, imagino una hamaca frente a la playa que no es el Caribe (en mi caso) pero Elvis canta sólo para mi..
Y espero que para tí especialmente, felicidades.

¡Gracias por compartir éste regalo, Juan!
¡Feliz noche de S. Juan donde comparten el noble y el villano,bailan y se dan la mano.. que decia Serrat.

Un beso

José Luis Martínez Clares dijo...

Menudo cóctel y menudo temazo del Rey. Disfrútalo en buena compañía, en esta noche en que celebras tu santo. Felicidades anticipadas, amigo Juan. Un abrazo

Marcos Callau dijo...

Hola Juan. Felicidades para esta noche, amigo. No se me ocurre un cóctel mejor para celebrar la Sanjuanada. Y el "Return to sender" se antoja una buenísma banda sonora. Sí, es un poco como el cóctel. Suena a piña colada. Un fuerte abrazo desde Jaca.

Raúl dijo...

Me ha entrado sed, y no es hora de remojar el gaznate con cócteles o espirituosos.

Sonrío.
Sonrío porque tu loser me recuerda, quiera o no, mi actitud y mi propuesta bloguera plasmada en un antiguo espacio que tuve, allá por el 2006. Allí entablaba diálogos con los visitantes desde la voz de un supuesto Cartógrafo, un tanto desencantado, que se hacía acompañar de un niño, tierno y pícaro -cual Lazarillo-, que le daba la réplica.
Qué recuerdos, por Dios.
http://homoerecto06.wordpress.com/

Pd.- Por cierto. Este fin de semana, un loser de mi localidad, un buen sitio llamado "Bambú", donde se bebe bien y se charla mejor,ha creado el cóctel 'Glóbulos versos'. Este se compone de 1 parte de vodka, 1 parte de zumo de arándanos, 2 de zumo de naranja y de abundante hielo picado.

Juan Herrezuelo dijo...

ABRIL: Ha sido una noche playera pasada por agua… de mar y de lluvia, es decir, poco propicia para la piña colada. El anís que a media tarde parecía una broma vino a mantener nuestro ánimo bien elevado. Estupendo tu envite musical: ves mi Elvis y subes un Serrat. Gracias por tus buenos deseos y un beso.

Juan Herrezuelo dijo...

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ CLARES: Gracias, amigo. La compañía ha sido excelente, te lo aseguro. Confío que también tú hayas disfrutado la lluviosa y aún así mágica noche. Un abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

MARCOS CALLAU: Muchas gracias. ¿Verdad que la canción de Elvis suena a piña colada? Este vídeo lo tengo anotado en la primera página de mi libreta del Loser, una especie de cuaderno de bitácora donde voy anotando desde el primer día temas posibles. ESta era la ocasión. Abrazos.

Juan Herrezuelo dijo...

RAÚL: ¿Cómo es posible que en todo este tiempo no me hayas derivado nunca a ese otro rincón tuyo? Aunque abandonado desde enero del 2010, es magnífico, me ha gustado mucho la propuesta. Iré recorriendo poco a poco sus “proyectos”, a los que por cierto le han desaparecido muchas de las imágenes que debían acompañarlos (o yo no las visualizo). Enhorabuena por ese cóctel globular: será cosa de probar a hacerlo. Un abrazo.