Por entre las ranuras de las puertas cerradas se filtra en
el interior del Loser la luz de un libro que salió a la venta hace apenas diez
días, Los atrevidos, la segunda novela de mi amigo Francisco Ortiz. Es una luz
dorada y oblicua que delata todo el polvo que flota en la penumbra de este
abandonado blog-bar, y la vibración de su enorme calidad literaria –sé de lo
que hablo, tuve el privilegio de leerla antes de hacerse pública- es ahora el
único sonido que perturba el silencio.
Los atrevidos está protagonizada, como su primera novela,
Última noche en Granada, por Luis Castillo, y gira alrededor de una venganza,
la que Marian, una mujer de treinta años, quiere aplicar sobre el hombre que la
violó, siendo niña, durante un largo periodo de tiempo: su propio tío, el
hermano de su padre. Marcada por tan terrible experiencia, Marian desea arrancarse de una vez por todas el dolor del que es prisionera, la perpetua
sombra de sus recuerdos, matando al hombre que robó su infancia y acaso también
su alma. Pero, no siendo capaz de hacerlo por sí misma, acude a un empleado de
su padre, Luis Castillo, un policía que se apartó del Cuerpo empujado por los
fantasmas de sus propios secretos.
Una historia dura, extraordinariamente bien escrita mediante
un rico sistema de voces narrativas cruzadas, donde el poder que se ejerce
dentro y fuera de la familia es minuciosamente diseccionado, y una mirada a la
vez sentimental y ácrata sobrevuela nuestro deshumanizado presente,
magníficamente representado en las 377 páginas de esta novela. Novela a la que
cabe definir como negra, en la más amplia extensión del género.
Se trata de un libro que se disfruta más y más a medida que
se avanza en la lectura, y que contiene al menos dos novelas: la de intriga, con
su propio desarrollo argumental, sostenida por esa excelente creación literaria
que es Marian –una bomba emocional de relojería-; y una novela de personajes,
desarrollada fundamentalmente mediante largos diálogos, que tiene un tinte
marcadamente social y está poblada por seres con sus propias experiencias y
heridas, que pueden ser apenas una mención, pero que siempre abren caminos
hacia otros territorios.
Publicada en Amazón, su precio es de 1,24
euros. Nunca –repito: nunca- la distancia entre el precio y el valor de algo
fue tan enorme.
Por lo demás, y a título personal...
17 comentarios:
Te estaba esperando, amigo Juan. Una magnífica excusa para entreabrir las persianas. Un abrazo
¡Me alegra verte de vuelta, y encima con una novela negra!
Abrazos.
¡Qué suerte, pasarse por el Loser ver la puerta entreabierta, y a ese tipo canoso con gafas que maneja el taco con tal maestría..!
Y como incentivo una novela que promete, un lujo y una alegria, Juan.
Esto no es lo mismo sin el barman..
Un beso
Querido Juan, una alegría pasar por mi blog y al dar una ojeada a la lista de blogs (ya no posteo) ver tu regreso... sobre todo porque en enero, justo cuando te retiraste, yo te quería contar algo (lo dejé en un comentario) que tenía la intención de ser escrito para el melancólico y bello texto de Cyrano, pero al estar inhabilitado, lo dejé en el posteo anterior de Muñoz Molina... el mío es el últmo de todos, quizás ni lo has visto.
De todos modos, un alegrón verte otra vez. Tengo una amiga en España ahora, quizás me pueda traer el libro de Francisco.
Un abrazo.
Bienvenidos, tus recomendaciones y tú.
Amigos JOSÉ LUIS, ETHAN, ABRIL, DIANA y SETEFILLA: cuando un amigo te hace el honor de incluirte en la dedicatoria de su último libro, lo menos que uno puede hacer, lo que uno está deseando hacer, es contar lo condenadamente bueno que es ese libro. Si además sirve para reencontrarme con amigos como vosotros, entramos en el terreno de las grandes ocasiones. Abrazos.
Querida DIANA H., me hizo mucho bien leer tus maravillosas palabras sobre mi libro, que te agradezco ahora. No estaba en mi mejor momento entonces y en realidad quien ahora te escribe no es exactamente la misma persona, o prefiero pensar que estoy en el camino de no serlo. Yo, tan apegado al libro de papel, he de agradecer al electrónico la posibilidad de llegar a lectores que de otro modo hubieran sido completamente inaccesibles. Lo que me escribiste ya justifica el haberlo escrito. Un abrazo fuerte.
Regreso al Loser con la emoción peregrina de los buenos tiempos, atraído, como una polilla errática (presagio kafkiano), por esa luz que se cuela por las rendijas, impregnada de magia y misterio. Leerte a ti ya es un placer, cualquiera que sea el leit motiv. Si, además, reseñas una novela con tan sugerentes trama y estilo, no seré yo el que se resista a ser uno de los lectores de "Los atrevidos". Doble felicitación, pues, para Francisco Ortiz y para ti.
Un fuerte abrazo, Juan.
Volver, hermosa verbo, te necesitábamos Juan. Yo personalmente necesitaba la penumbra de tu
Losse, el sonido de un saxo que imaginaba,y esa melancolía,esa maravillosa melancolía, de los solitarios que nos sentíamos arropados entre terciopelos rojos e historias comunes del alma, de la vida..mis felicitaciones a Francisco
Ortiz, todo mi reconocimiento a su exquisitez literaria... un abrazo amigo
MIGUEL, BEATRIZ, cuánto me alegra que volváis a traer aquí vuestra inmensa sensibilidad poética y humana (poémana, humática). Un gran abrazo
Noticiòn.....el loser està the comeback....me alegro mucho amigo.....del libro tomo nota....y que razòn tienes, como dijo el clasico no confundimos valor y precio....un abrazo
V: Casi como pactado, amigo Victor, hemos reabierto al mismo tiempon -día arriba día abajo- tú tu luminosa sala oscura y yo este pobre blog-bar que me quedo como en herencia... Abrazos.
Bienvenido!, me alegro por tu regreso, se te extrañaba. Más de una vez estuve por escribirte luego de tu alejamiento y más de una vez la falta de tiempo hizo de las suyas. Bella reseña, la excusa perfecta para volver a estos espacios, que parecen tan acorralados ante Facebook y otras redes sociales, efímeras y sin la calidez de ciertas palabras.
Abrazo desde el sur
Ya sabes que también tengo medio abandonado mi rincón por lo que me he armado un pequeño lío hasta llegar a esta entrada, pero bueno...aquí estoy. Como dice José Luis más arriba, cualquier excusa es buena para volver, con frente marchita o sin ella, y yo me alegro mucho de comprobar que este sitio tan acogedor vuelve a tener barman, como dice Abril.
Nos tomamos juntos un Dry Martini?
Un beso, Juan.
Gracias, HORACIO: me temo que hoy la palabra es efímera en cualquier medio, pero no la abandonemos. Un saludo
Saludos, MYRA. Espero que todo te vaya bien. Estoy preparando un cóctel parecido al Martini para este San Juan: ya sabes que es tradición aquí en tal fecha. Un beso.
Esperado regreso, no por sospechado sino por querido. Me alegra volver a leerte. Abrazos Juan!
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