jueves, 14 de abril de 2011

De lugares imaginarios (1)


De manera que sí, que se trata de un lugar imaginario, el Loser, digo, pero nada más que de un bar de copas, con todo el encanto que ustedes quieran, pero un bar de copas: no le alcanza para haber podido ser incluido en ese libro singular que es la Guía de lugares imaginarios, de Alberto Manguel y Gianni Guadalupi, publicado por Alianza en 1992 (o la Breve guía…, en el 2000, reeditado ahora en el 2011). Singular porque sólo al tener conocimiento de su existencia se da uno cuenta de cuánto le apetecía poseerlo, cuánto deseaba, sin saberlo, que alguien incurriera en la osadía intelectual de indagar tan a fondo, tan minuciosamente, en la historia de la literatura con el fin de confeccionar una obra a medias entre la enciclopedia y la guía de viajes quiméricos, con cientos de entradas en riguroso orden alfabético, con referencias precisas sobre cientos de países, continentes, islas, regiones recónditas, cuevas, abadías, ciudades de toda condición y forma, valles, aldeas, incluso algún que otro castillo de especial significado y un túnel ferroviario construido bajo el océano Atlántico que unía Manhattan con cierta ciudad de la Bretaña francesa. Y cada lugar, además, con su reseña bibliográfica, como no podía ser de otro modo: obras de Plinio el Viejo, Poe, Chesterton, Verne, Swift, Rabelais, H. G. Wells, Kafka, Tolkien, Melville, Ibsen… todo un universo de lecturas posibles donde la geografía de lo real es sobrepasada por ese ansía puramente humana de aventurarse en lo desconocido, sobre todo hoy, cuando, como señala Manguel en el prólogo, “viajar ya no consiste en descubrir sino en confirmar la información de un mapa”.
Pero no están recogidos, ya he dicho, bares como el de Floro Bloom, de El invierno en Lisboa, pongamos por caso, o el de Joe Bell, de Desayuno en Tiffany’s, o el Yellow Sky Club de aquel embrujador Shanghai de Juan Marsé, ni figuran tampoco esos inquietantes barcos literarios como el Malcolm, el Pequod, el Grampus, La Hispaniola. Tal vez quepa concebir también una especie de Guía del Ocio imaginario o una Guía de Agencias de viajes imaginarias. Italo Calvino - bien representado en sus páginas a través de varias de sus ciudades invisibles- dijo de este curioso libro de Manguel y Guadalupi que “en la Biblioteca de lo Superfluo, que me gustaría que encontrase siempre lugar en nuestros anaqueles (…) es, creo, una obra de consulta indispensable”. También lo serían esas otras Guías.

13 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Cuántas veces he deseado viajar a mi Shangri-La particular, Juan. El único reducto donde escapar, la mayoría de las veces, es la imaginación. Saludos.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Muy interesante esta reseña, la tendré en cuenta para la próxima compra.
Muchas gracias por tu visita y por tenerme enlazada, La Casa Encendida estará siempre abierta e iluminada para cuando gustes.
Saludos.

Juan Herrezuelo dijo...

Marcos: ¿qué tour operador podría igualar un abanico de destinos posibles tan excitante como el que esconde una estantería repleta de libros?

Diana H. dijo...

Qué placer leer y sentirme tan identificada, como suele sucederme con mis boggeros elegidos. Por lo que presumo que serás uno de ellos, Juan.
Bienvenido a mi casa. Es un gusto recibir tus palabras tan amables en mi blog y más aún visitar tu espacio (¿otro lugar imginario?) Gracias por la recomendación, veré si consigo el libro, que suena tan atrapante.
Volveré.
Saludos.

Juan Herrezuelo dijo...

La Casa Encendida y Luzdeana: el libro es realmente apasionante. Puede leerse de corrido o picando en este lugar o en aquél otro. Aún no he acabado de hablaros de él. Y gracias miles por iluminar esta vuestra página.

Miguel Sanfeliu dijo...

Interesante recomendación. Como dices, de pronto me doy cuenta de cuánto me apetece poseerlo.
Un saludo

Francisco Ortiz dijo...

Necesitamos los lugares imaginarios. Yo estuve en el Loser.

abril en paris dijo...

El viaje comienza en ese lugar recóndito de nuestra cabeza donde habitan los deseos y pasa por la imaginación y las páginas de un libro. Nada más apasionante nada más seductor...

Y nos apuntamos el libro o al modo en que tú nos lo cuentas.

Un saludo afectuoso :-)

Beatriz dijo...

Como ya habito tu lugar me dejaré llevar por este recorrido tan apasionante en el que soñar y apasionarse sólo nos supone imaginar.
Como siempre, un placer recorrer tu espacio

Juan Herrezuelo dijo...

Gracias Miguel, Francisco, Abril y Beatriz por acompañarme en un viaje nada imaginario.

El Doctor dijo...

Es un libro maravilloso.Manguel es un gran conocedor en el mundo del libro,posiblemente el que más conocimientos poseen sobre el tema.A veces,o muchas,no nos conformamos con la imaginación y deseamos poder estar allí físicamente.Ay,La isla de los niños perdidos,el Nunca Jamás.

Juan Herrezuelo dijo...

Francisco: Yo he descubierto a Manguel a través de otro libro excelente, "Colección de arena", de Italo Calvino, que además me ha puesto en la pista de alguna que otra obra curiosa, el "Codex Seraphinianus", de Luigi Serafini, por ejemplo.

paola dijo...

Este libro es realmente muy bueno.. que mejor que una guía en donde te invita a recorrer los lugares que imagina tu mente?
me costo mucho conseguirlo, no lo encontraba en las librerias cerca de mi casa asi que tuve que buscar en mublet para encontrarlo