viernes, 8 de marzo de 2013

En El Toro Celeste



Cuenta el primer poema épico del que se tiene noticia, grabado con escritura cuneiforme en tabillas de arcilla, que Inanna, diosa sumeria del amor y de la guerra, se enamoró de Gilgamesh, rey de Uruk, y que rechazada por éste clamó a su padre para que creara el Toro Celeste y lo enviase a castigar a su desdeñador. Aquel toro fue vencido (como también lo fue tiempo después el Minotauro), pero le ha dado ahora nombre a una revista digital que con su primer número viene a demostrar que entre los escombros de nuestra economía –y acaso también de todas nuestras certezas- puede seguir naciendo esa rara y hermosa flor que es la cultura.

Vivimos tiempos ásperos, en que iniciativas de este tipo ocurren como a contracorriente de todo y gracias al empeño de gente que no desiste del conocimiento, de la contemplación de un cuadro, de la lectura reflexiva de un poema, y que sobre todo no renuncia a la divulgación de esta experiencia, que es tanto como decir que no renuncia a compartir una emoción. Este primer número de El Toro Celeste propone un acercamiento a la escritora y filósofa Chantal Maillard, a la poética de José Antonio Muñoz Rojas, a la biosinfonía inacabada de la escultora francesa Camille Claudel, a dos artículos inéditos de César Vallejo o a los últimos óleos del pintor malagueño Enrique Brikmann, entre otras cosas.

Y bueno, este primer ETC contiene también un fragmento de mi novela inédita, fragmento que he titulado para la ocasión «Enrique», pues forma parte de la presentación de este personaje, uno de los cuatro que protagonizan la historia. Que estas páginas se publiquen ahora (gracias al escritor Rafael Ballesteros, que me invitó a colaborar en el primero número de la revista), me ha llevado a imaginar cien formas diferentes de hablar de las vicisitudes por las que esta novela ha pasado; de hablar de todo ello no con rencor, sino con la autoridad del fracaso, que es frase de F. Scott Fitzgerald («I talk with the authority of failure», dejó escrito en sus cuadernos). Un buen amigo mío, apelando al pudor, me disuadió a tiempo de hacer tal cosa. De modo que me limito sin más a invitar a quien por aquí pase a visitar esa estupenda revista que es El Toro Celeste y, cómo no, a leer el texto que allí firmo, ese fragmento de mí.


8 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Pues voy para allá, amigo Juan, porque viniendo de ti y de Rafael Ballesteros seguro que se trata de algo digno de ser leído. Un abrazo

Marcos Callau dijo...

Pasamos a leerlo Juan. Enhorabuena por tu colaboración en la revista. Abrazos.

V dijo...

Iniciativas como esta siempre son tan bienvenidas como necesarias. Al menos nos recuerdan que existen otras apuestas más allá de los suplementos dominicales.
Que cuenten contigo supone una inmejorable carta de presentación. Enhorabuena tanto a ti como al proyecto. Un abrazo

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Enhorabuena. Ahor airé a dar un vistzo a esa joya,
Besicos muchos.

Jon Alonso dijo...

Una nueva publicación en estos tiempos es una excelente noticia. Estaremos atentos y desearle a "El Toro Celeste" larga vida. Un abrazo

Marisa dijo...

Dorotea, del griego, Dorothéa fem. de Doró-theos ‘regalo de Dios’.
He querido encontrar un aroma quijotesco en ese personaje engendrado entre las páginas de un libro consagrado por la literatura, y recreado maravillosamente en el cuadro de tu relato.
Realmente, fue un regalo de Dios para Enrique, quizás profanado por aquel que dijo quererla pero divinizado ante los ojos quijotescos de Enrique, en el que buscó y encontró la manera de "desfacer" sus entuertos.

Me ha encantado tu relato, Juan, este pedacito de novela con la que obsequias a la revista y a todos nosotros. Tu prosa es, sinceramente, deliciosa.

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Tú siempre regalándonos arte.
Mis mejores augurios.
Iniciativas como estas nacen desde la voluntad y la dedicación de aquellos que aman la cultura y demuestran que pese a todo siempre hay muchas razones por la que sí vale apostar por ella-

Un abrazo amigo( aunque tarde, bien sabes el caos de mis días) te he
dejado unas palabritas en el post anterior.

Hasta pronto

Juan Herrezuelo dijo...

MARISA: Muchas gracias por tu lectura del texto. Hace días que me es imposible atender mi local como me gusta, de modo que que sólo ayer pude leer vuestros comentarios. Mi intención era haber dejado esta entrada y el enlace a El Toro Celeste todo el mes, pero ayer descubrí que tal enlace no comunica ya con la revista. Desconozco si es algo transitorio, pero ayer mismo tuve que inventarme una entrada nueva para no dejar abierta una ventana a ningún sitio. En fin. parece que es imposible ya leer mi fragmento. Pero me alegro mucho que te diera tiempo, amiga.

Un abrazo para todos.