sábado, 7 de enero de 2017

Apuntes para un regreso

Todo el mundo sabe quién fue Eddie Felson, creo, o quién es, mejor dicho, pues la vida de los personajes de ficción jamás se conjuga en pasado: un grandioso jugador de billar que muy a comienzos de los años sesenta iba de una ciudad a otra timando a incautos y soñando con destronar al campeón. Quiso cambiar su suerte asociándose a un tipo de oscuras intenciones llamado Bert Gordon, que parasitaba el talento de los demás con la única finalidad de hacer dinero, y que resultó ser lo bastante poderoso como para hacer que Fast Eddie, o Relámpago, o Eddie El Rápido, tuviera que abandonar la práctica del billar durante veinticinco años. No sabemos qué hizo Felson durante buena parte de ese cuarto de siglo, pero lo cierto es que en 1986 se dedicaba a la distribución de bourbon, y posiblemente a otras actividades más o menos lícitas. Se había convertido en un maduro y seductor embaucador, y tal vez como recuerdo de los viejos tiempos, o tal vez de una forma más seria, ponía algunos dólares para que ahora fuera otro billarista buscavidas el que tratara de sacarle el dinero a los primos. Hasta que se cruzó en su vida un joven insoportablemente fatuo e inmaduro, pero que manejaba el taco con una explosiva precisión, y el veneno del billar volvió a correr por sus venas. Primero se convirtió en una especie de mánager de aquel muchacho, y después, entre unas cosas y otras, ese veneno le despertó el ansia de regresar a la competición, de acariciar el fieltro verde con el dorso de los dedos, de dominar cada una de las mesas sobre las que inclinara el cuerpo anticipando con la mirada el trazado exacto de las bolas, de engatusar al rival con la conversación y luego vencerlo sin paliativos. Porque estaba hecho para el billar. No se trataba del dinero: ni de su color ni de cuánto tuviera que hablar para ganarlo. Se trataba de la excitación del juego, de cómo le hacía sentir. La última imagen que tenemos de él es la de alguien realmente feliz, que gozosamente, con una sonrisa, proclama: ¡He vuelto!, justo antes de golpear con el taco.

Es ese «Hey, I’m back» que yo he usado más de una vez, la última hace bien poco y por la misma razón que ahora lo traigo aquí. No, no se trata de que vaya a volver a jugar al billar; hace tiempo que no lo hago y temo que sea una habilidad que se pierde por falta de dedicación. En cualquier caso, no estoy hecho para el billar. Digamos que, en mi caso, esa excitación del juego me la ha proporcionado desde niño la invención de una historia y la elección, no siempre sencilla, de las palabras con las que habrá de ser contada por escrito. Estoy plenamente de acuerdo con Julio Cortázar cuando dice que "no se trata de escribir para los demás, sino para uno mismo, pero uno mismo tiene que ser también los demás". Esa excitación que produce inventar y contar una historia no existiría si al otro lado no hubiera quien la escuchase o la leyese. Mi particular He vuelto es un regreso al libro impreso; un reencuentro, pues, con el lector. Cinco relatos bajo el título Las flores suicidas, que la editorial Talentura publicará en el primer semestre de este año; cinco historias que son cinco juegos literarios distintos, pero más ceñidos que nunca a una sensación que sólo con la edad uno empieza a comprender del todo: que los seres humanos somos demasiado frágiles frente a una realidad tramposa y a veces muy dura, y que esa fragilidad está hecha de miedo y de valor a partes iguales, de un inquebrantable amor por los nuestros, de soledades y fantasías, y de anhelos que se escapan de la yema de los dedos apenas, ay, parece que se roza su cumplimiento, y también de una desasosegante sospecha de estar siendo engañados permanentemente.

Sí. I’m back. En este 2017 cuya llama va derritiendo ya la cera de sus primeros días.


20 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Es una gran noticia. Grandísima noticia, señor Felson. Ese libro va a ser uno de los acontecimientos que ya espero en 2017. Suerte y un abrazo, amigo.

Horacio dijo...

Que bueno, Juan. Felicidades por el regreso y el libro. Abrazo desde Argentina

Emilio Calvo de Mora dijo...

Magnífico, me alegro mucho. Lo leeremos gustosmente. Un abrazo grande, Juan.

abril en paris dijo...

Para empezar el año con ilusión y encantados de "tu regreso, Eddie"
Nada menos y nada más que asumiendo el paralelismo con ese regreso que le valió el Oscar a uno de los grandes, admirado y querido por todos nosotros. Inolvidable, indomable.

Lo leeremos con todo el interés del mundo..estamos seguros que te reportará el reconocimiento y el èxito que te mereces (para nosotros ya lo tienes), Juan !

Un abrazo

Miguel Sanfeliu dijo...

¡Gran noticia, Juan! Me alegra muchísimo y ya estoy deseando tener el libro entre las manos. ¡Qué gran olfato el del editor Mariano Zurdo! Un fuerte abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

Gracias, amigos JOSÉ LUIS, HORACIO, EMILIO y ABRIL. La bola blanca está colocada y espera tan solo el impulso para golpear el digamos orden establecido... A qué otra cosa aspira modestamente cualquier escritor, ¿no?

Un fuerte abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

Gracias a ti también, cómo no, MIGUEL, ahora compañero de escudería. Espero que mis Flores te gusten, aunque sean Suicidas... Un abrazo muy fuerte.

Diana H. dijo...

¡Felicidades, Juan! ¿Me llegará el momento de leer tus Flores? ¿Estará disponible en formato digital?
Un gran abrazo.

Setefilla Almenara J. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Setefilla Almenara J. dijo...

Empezar el año con la publicación de un libro, casi nada... mi sincera enhorabuena, Juan, y a disfrutarlo.

Juan Herrezuelo dijo...

DIANA H: no puedo responder a esa pregunta; desde luego, incluso quienes más indeclinablemente preferimos el libro en papel a cualquier otra alternativa tenemos que aceptar que el digital ofrece la ventaja de poder ser leído en cualquier lugar del mundo. Abrazos.

Gracias por tu palabras, SETEFILLA.

El Doctor dijo...

¿Eddie Felson¿ ¿El buscavidas? ¿Tú, amigo mío, jugando al billar y luego con las palabras? ¿Juego fascinante a dos bandas? ¿Paul Newman y Juan Herrezuelo? ¿Walter Tevis y Robert Rossen? ¿Talentura y Mariano Zurdo? (Dale recuerdos de mi parte). A la espera de ese libro, mi querido Juan.

Un fuerte abrazo

Juan Herrezuelo dijo...

MELMOTH, estoy deseando que lo leas, Paco: las conexiones y ese tipo de cosas, ya sabes. Te escribo escuchando la maravillosa música de Kenyon Hopkins para El buscavidas. Llevo días escuchando la música de este desconocido (lo era para mí), y es estupenda. Por lo demás, lejanos ya mis sueños literarios de juventud, acabé convertido en un buscavidas de la prosa, pero no en su acepción más hustler, sino en la primitiva, la de buscarse uno la vida como buenamente pueda... Un abrazo.

ethan dijo...

Bien, bien, ¡bien! Coño, ¡bien! Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

ETHAN: Gracias, amigo Fernando.

Francisco Ortiz dijo...

Bueno, lo que prueba que nunca te has ido y que jugar y escribir son una misma cosa cuando uno es un niño para siempre, como tú y yo, y no hay que resentirse al reconocerlo ni al seguir escribiendo e imaginando y soñando y convirtiendo y reconvirtiendo: o sí, re-sentirse para seguir siendo uno mismo. Un abrazo, maestro de la escritura (uno de mis maestros, bien lo sabe todo el que me conoce).

Juan Herrezuelo dijo...

FRANCISCO ORTIZ: reconocemos sin pudor nuestra condición de niños en cuerpos de adultos, y seguimos imaginando, claro que sí: imagino, luego existo más de una sola vez. Gracias siempre: el camino lo hemos hecho juntos buena parte del camino, camarada. Un abrazo.

Beatriz dijo...

Mi más sincera enhorabuena amigo. Espero que a mi regreso en abril a Barcelona( ya ves sigo girando...el eje en el que se sostiene el exilio es muy resistente en el tiempo ) pueda hacerme con tus relatos y emocionarme con las palabras de todo un " señor de la escritura"
Un abrazo emocionado .

Diana H. dijo...

Claro que sería mejor tener tu libro en papel, pero estoy lejos... Es más, Juan, ¡sólo gracias al digital pude disfrutar de tu bello "Pasadizos"!

Juan Herrezuelo dijo...

BEATRIZ: te deseo lo mejor, de todo corazón, en tu regreso a España, querida amiga: el que resiste, también sujeto a ese eje del exilio, gana. Tus palabras sí que emocionan, siempre. Abrazos (abiertos)



DIANA H: naturalmente que recuerdo que leíste en digital mis Pasadizos. Ojalá resultase esta vez tan sencillo.