Recientemente he tenido la oportunidad de contribuir con unas líneas a ese merecido homenaje que el buen amigo y poeta Marcos Callau viene tributándole al Viejo Ojos Azules en su excelente y ya veterana bitácora Fran Sinatra, la mejor voz de todos los tiempos. Para agradecerle a Marcos que haya contado conmigo, traigo aquí la que creo es su canción favorita de Sinatra, y la versión que a mí más me gusta. A decir verdad, es su actuación en directo que prefiero. Además, le viene al pelo al espíritu loser de este viejo local.
Ocurrió en el Royal Festival House, en 1971. Grace Kelly, Alteza Serenísima desde hacía ya quince años, ha presentado al cantante media hora antes. El concierto ha superado ya su ecuador. Es entonces cuando Frank toma la palabra:
-Llegamos al final de nuestras canciones para perdedores –“songs for losers”, dice-, y me gustaría interpretar algo que creo es la madre de todo este tipo de canciones. Para ustedes, y -añade, volviéndose hacia la orquesta- también para ustedes: Desafortunadamente, no puedo darles la cara mientras la canto, porque esta canción es el súmmum de mi actuación –risas entre el público y los músicos, a los que se dirige-. ¡Ja-ja! Ríanse. Pueden reírse. Johhny Mercer y Harold Arlen escribieron esta canción –continúa, ya frente al público- hace 155 años* –risas-. Probablemente estaban como una cuba en ese momento. Porque hay que estar así para escribir este tipo de canción. No es solamente una canción, es toda una aventura dramática. Leyendo la letra, aun sin oír la música, es mucho lo que comunican. Ésta ejemplifica al joven que ha tenido muchos problemas con su ratita -“mouse”, dice, y al instante finge rectificar-, qué digo, con su chica –risas-, y ella lo abandona. Y durante tres o cuatro días él se dedica a emborracharse debidamente, hasta que se da cuenta de que esto no le conduce a nada y decide que va a tratar de salir y enfrentarse al resto del mundo. Y se lanza a la búsqueda de un pequeño bar -“small bar”, dice, y hace una significativa parada-. Encuentra uno en el que no hay nadie, a excepción del barman.
Y da la espalda al público para comenzar su actuación con fingida ebriedad…
Una por mi nena
Son las tres menos cuarto,
no queda ya nadie en el local
excepto tú y yo,
así que sírveme una copa, Joe.
Tengo una pequeña historia
que creo deberías conocer.
Estamos bebiendo, amigo,
por el final de un breve romance.
Ponme una por mi nena
y otra para el camino.
Conozco la rutina,
de modo que echa otra moneda
en la máquina.
Me siento tan mal...
¿No puedes poner una música
sencilla y triste?
Podría contarte largo y tendido
pero has de ser fiel a tus principios,
así que ponme una por mi nena
y otra para el camino.
Tú no lo has sabido nunca, compañero,
pero soy una especie de poeta
y tengo muchas cosas
que me gustaría decirte.
Y cuando estoy melancólico
no te niegues a escucharme
sin que lo haya soltado.
Bueno, así es como funcionan las cosas, Joe,
sé que estás deseando cerrar
de modo que gracias por el trago
y espero no haberte calentado los oídos
con mi monserga.
Pero este desengaño que me quema
tiene que ser sofocado
o pronto podría estallar.
Así que ponme una por mi nena
y otra para el camino...
El largo, tan largo,
el largo, el largo...
*En realidad Mercer y Arlen habían escrito la canción treinta años antes, en 1941.
11 comentarios:
Has hecho que me siente en una mesa cercana y pueda ver a éste hombre grande grande y romántico cantandole a su chica..
No recuerdo otra voz más adecuada para hablar del amor, el desengaño y la seducción..
¡Sinatra y sus poémas cantados !
Estamos encantados con éste local y por eso volvemos y volvemos..
Un beso, Juan
No hace mucho estuve con un par de tipos y estuvimos más de diez horas hablando de cine entre copa y copa.¿Qué quiero decir con ésto? Al final salió a colación de que hoy no se habla con pasión,con emoción sobre literatura,cine,música,etc.Pues bien,Marcos irradia esa emoción.Es un valor que merece todos los respetos.Su blog de Sinatra es uno de los más completos de la red.Cuando lo conocí en persona me llamó la atención su elegancia y sus ojos azules que miran hacia otros horizontes todavía no del todo perdidos.Solo le falta la voz de terciopelo raído de Sinatra.
Un fuerte abrazo para ambos.
Sinatra me puede. Me seduce su voz. Me subyuga el mito. Creo que sus canciones sólo pueden ser cantadas de noche, a esa hora incierta en que se conjuran los fantasmas. Un abrazo.
Alguien me preguntaba el otro día cómo era posible que me gustara Sinatra. ¿por qué no? Estaba escuchando un programa, no recuerdo cuál, de Radio 3, empapándome de la voz, de la voz, suave, como cuando acaricias los pétalos de una rosa.
Un abrazo. Encantada de conocerte.
La Voz "se sale" y tú le empujas, barman privilegiado, hacia la gloria.
Ponme una por ti
y otra para el camino.
Largo
(el trago y el camino)
¡Fan-tás-ti-co!
Excelente, Juan, tanto esta entrada como con la que has colaborado en el blog de Marcos.
Pasión "sinatriana", én la que la música escarcea con la literatura, ambas fundiéndose en una sola y exquisita voz.
Un abrazo.
Qué bien interpretaba Sinatra estas canciones de perdedores..
Soy fan de Sinatra casi desde la cuna..Mi madre tiene mucha "culpa" de ello.
Un beso
Simplemente Sinatra. Su voz, sus historias. En ocasiones no es necesario añadir nada más. Casi que lo vuelvo a escuchar, y seguramente no será la última. Gran regalo de fin de semana.Un saludo
Mil gracias Juan! Disculpa por pasar tan tarde pero he estado algo desconectado. No creo que se pueda rescatar una mejor interpretación de esta canción, mi preferida de Sinatra y sin duda, una habitual para los losers. Es un gran detalle traducir esa introducción que cambiaba en cada actuación. Un fuerte abrazo, amigo Juan.
Gracias a todos por acudir a la llamada de Sinatra. No podría responderos a cada uno sin repetirme: gran voz y gran artista, y un excelente trabajo el de MARCOS reconstruyendo su vida y su obra con tanta pasión como acierto. Un abrazo a todos.
Cuando Sinatra llama no solo se lee lo que el admirador escribe sino que se tira de material fonográfico. Ah el material fonográfico. Ahora mismo, amigo Juan, ahora mismo I've got you under my skin. Nada más. Nada menos. Para cerrar el domingo. Para irlo cerrando, una sinatriada.
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