domingo, 1 de julio de 2012

Doce hombres sin piedad



La noche del viernes 16 de marzo de 1973 se emitía por Televisión Española -la única que había- un programa que estaba destinado a alcanzar la categoría de "mítico": la grabación para “Estudio 1” de la obra Doce hombres sin piedad, escrita por Reginald Rose. Ese adjetivo, "mítico", le ha sido de nuevo aplicado estos días, cuando los medios de comunicación han dado cuenta, en forma de obituario, de la trayectoria profesional de ese gran hombre de teatro que ha sido Gustavo Pérez Puig, su director. En realidad, mítico es en sí mismo aquel “Estudio 1”, al que le debo mi amor por el teatro, como mítico es el hecho de que en un tiempo menos plural que el presente la televisión pusiera el listón de su calidad tan alto como para tener una programación fija, durante tantos años, de los más importantes dramas y comedias de la literatura universal interpretados por una serie de actores absolutamente irrepetibles. Las reflexiones acerca de la condición humana a las que este hecho conduce son demasiado inquietantes como para tomar ahora ese camino.
 
Yo tenía seis años aquel día de 1973, de modo que no es probable que viera la obra entonces. O sí, quién sabe: nunca les agradeceré bastante a mis padres el que me permitieran desde siempre ver aquellas obras de teatro, aun cuando el resto de la televisión nos estuviera vedada a los niños de la casa más allá de las nueve de la noche. Aquella maravillosa excepción es responsable de que en una capa muy profunda de mi memoria esté sedimentado el recuerdo de las voces de aquellos actores sublimes, el recuerdo de la continuidad en la interpretación no ya de una escena, sino de todo un acto, esa continuidad que permite disfrutar plenamente de la evolución de un estado de ánimo en unos personajes; el recuerdo de los decorados, muchas veces de un sobrio esquematismo, y el de ese sombrío y castigado blanco y negro -o el del color, más tarde-; el recuerdo del ritmo de la puesta escena teatral, necesariamente pausado, un ritmo al que inadvertidamente la intensidad de las emociones se va enroscando como hiedra hasta llegar a un punto en que toda pasión se desata o todo enredo se resuelve; y el de los monólogos en primer plano, el de todos aquellos rostros que acabaron siéndome tan familiares, que aún hoy lo son, cuando muchos de aquellos actores y actrices, me temo, han muerto ya.


Lo cierto es que hubo un día en el que vi Doce hombres sin piedad con plena conciencia de estar viendo algo que arrastraba la aureola de legendario: crecí oyéndoles decir a mis mayores que aquel “Estudio 1” era mejor que la película americana, la de Henry Fonda, la primera que dirigió Sidney Lumet, en 1957. Cuál no sería el impacto que aquella noche provocó en los espectadores españoles que aún hoy se sigue hablando de un antes y un después de la televisión en España. Gracias a Internet, esa obra que durante muchos años estuvo fuera de la circulación puede ser vista ahora en su totalidad, en cualquier momento. Lamentablemente, esto se puede decir tan sólo de una parte muy pequeña de los cientos de dramáticos, como los llamaban, que se grabaron durante aquellos veinte años, de tal manera que hay verdaderos tesoros de interpretación no accesibles para nadie. Es triste, pero el teatro también es eso: tan sólo el recuerdo de una representación; su magia radica en la inmediatez, imposible en la televisión, pero también en su fugacidad.

Bajo los acordes de The House of the Rising Sun, de The Animals, van entrando uno a uno los actores, y con ellos, apenas esbozados en esa brevísima presentación, los caracteres que serán expuestos y minuciosamente diseccionados a lo largo de la obra: Jesús Puente, Pedro Osinaga, José Bódalo, Luis Prendes, Manuel Alexandre, Antonio Casal, Sancho Gracia, José María Rodero, Carlos Lemos, Ismael Merlo, Fernando Delgado, Rafael Alonso... Nunca ha habido un reparto semejante. Por eso creo que sí, que nuestros doce hombres sin piedad son mejores que aquellos otros twelve angry men de Lumet.

He aquí un pasadizo hacia la obra…  ESTUDIO 1 - Doce hombres sin piedad



Vayan estas líneas en recuerdo de Gustavo Pérez Puig


21 comentarios:

Isidre Monés dijo...

Juan, que no daría por revisar aquellos "estudio 1" magistralmente iluminados en blanco y negro !!
Y aquí estan los grandes, los recuerdo a todos, aunque no todos eran por igual, santos de mi devoción.
Me quedo con el genial Rodero, él estrenó todas las obras de Buero Vallejo, en aquel tiempo y antes, en Cataluña bullía el "Teatre Amateur", hoy los teatros de barrio y pueblo, han desaparecido o casi, y nosotros, despues de cenar, en los escenarios helados de invierno, comentabamos con complicidad... ¿montamos un Buero o un Sastre? y encima quedaba progre.
Alexandre, no me canso de su voz temblorosa, ya de joven.
Bódalo, magnífico en "Cañas y Barro"
Puente, el mejor en las comedias de Mihura (creo que fue suegro de Paso)
IRREPETIBLE ESTUDIO 1
Te dejaron tambien ver "Muerte de un viajante" ?

Myra dijo...

Muy merecido tu homenaje a Pérez Puig, Juan. Cuánto le debe la televisión a este hombre.
Gracias a aquellos maravillosos Estudio 1 yo empecé a amar el teatro siendo una niña. Yo también guardo en mi memoria con admiración y cariño aquella emisión de Doce hombres sin piedad. Estaban todos los grandes en aquella obra.
Recuerdo mucho también otra gran obra de teatro, El Baile de Edgar Neville. Cuánto me gustó.
Me quedo con nuestros Doce hombres sin piedad, sin dudarlo.

Un beso.

Marcos Callau dijo...

Al igual que tú, debo abradecer a mi familia (a mi madre y sobretodo a mi tío, cinéfilo hasta la médula) haberme enseñado estas joyas que, de no haber sido por ellos, nunca hubiera conocido. Previamente a la versión de Estudio1, vi la de Lumet con el sobresaliente e inimitable Henry Fonda, el hombre que mejor caminaba en Hollywood (eso decían) Me encantó. Creí que era insuperable. Pero tras conocer la versión de Estudio 1, he de decir que tuve que quitarme el sobrero ante tal plantel de actores y ante sus incomparables interpretaciones de cada uno de los personajes. Mierido, una vez más, es José Bódalo, aunque todos están sobresalientes. No sé si atreverme a decir que es mejor que la de Lumet pero, al menos, está al mismo nivel... y es un nivel muy alto. Bravo por Estudio 1, por todos los actores de esta obra y por Gustavo Pérez Puig. Y bravo por ti, por recordarla. Un abrazo, Juan.

V dijo...

Pues lo he vuelto a ver enterito y de un tirón. No voy a entrar en la comparación con Lumet ya que hace años que no veo la película.
Pero esto me lleva a otra reflexión. La de la supuesta mayoría de edad de nuestro cine actual, esa que tanto se cacarea demasiado alegremente. Piezas como esta dejan en ridículo a presuntas stars del momento, algunos y algunas con premios internacionales y reconocimientos varios. La hemeroteca en casos, sirve para poner las cosas en su sitio. Un abrazo.

El Doctor dijo...

Inolvidable para todos los que pudimos ver esta obra maestra y otra muchas más en el mítico Estudio 1.Recuerdo también a Bódalo en El enemigo del pueblo,de Ibsen y El canto de la cigarra.

Hace más de un año también le dediqué un homenaje a Pérez Puig y a Lumet.

Un fuerte abrazo,amigo.

http://fmaesteban.blogspot.com.es/2011/03/teatro-en-casa.html

Juan Herrezuelo dijo...

SIDRE: De las obras que vi de pequeño conservo impresiones, imágenes sueltas, voces –y silencios-. “Muerte de un viajante” la vi en el 91, cuando tras la muerte del gran Rodero, mi actor favorito, TVE le dedicó un ciclo. Bódalo está inmenso en las cuatro películas que hizo con Garci. De Alexandre siempre recuerdo aquel “He visto a San Dimas” de Los jueves milagro…

MYRA: He tenido la fortuna de ver tres de sus puestas en escena (hablo de Pérez Puig): “Eloisa está debajo de un almendro” –que la tenía mitificada porque es la primera obra de teatro que leí, de niño- y “Cyrano de Bergerac”, con un gran Galiana; y, de gira, “La decente”, con ese pecado platónico de mi adolescencia, Victoria Vera… Porque si el teatro en la tele es maravilloso, en una sala es una experiencia siempre nueva.

MARCOS: La versión de Estudio 1 se hizo con muchos menos medios, y además los americanos jugaban con un sistema judicial que conocían bien porque es el suyo. Esa desventaja la superaron con el talento inmenso de los actores. Por Bódalo también he tenido siempre una especial admiración. Tú y yo somos “garcianos”: qué grande en esos cracks, en ese volver a empezar y en esa sesión continua…

V: Yo la tengo en DVD y la veo al menos una vez al año. Aquellos actores eran actores, es decir, profesionales que no juagaban a ser naturales, ni a ser ellos mismos, sino a ser otros, a meterse en la piel de un personaje que nada tenía que ver con ellos… Y a vo-ca-li-zar. ¿Es mucho pedirle a un actor que se le entienda lo que dice?

FRANCISCO MACHUCA: Qué placer leer ahora aquel texto tuyo, donde das muchas claves de la obra –y volver a coincidir otra vez más en gustos-. Tengo entendido que no se escribió para el teatro, sino para la televisión: es un caso extraño: primero un guión para la tele, luego película y después, sí, una obra teatral.

Un abrazo a todos.

José Luis Martínez Clares dijo...

Estaba esperando tu entrada desde que me enteré de la muerte de Gustavo Pérez Puig. Sé de tu devoción por el teatro y por aquellos programas que ya nadie programa y en los que un grupo de actores vocacionales, rotundos, interpretaban a los grandes clásicos de ayer y de hoy. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Gustavo Perez Puig fue sin duda uno de nuestros mejores directores. Yo tampoco vi aquel Estudio 1, era muy pequeña pero recuerdo el interés de mis padres ante cada una de sus emisiones. Sin duda otra gran hombre que se nos va. Al menos nos quedan sus recuerdos. Un saludo

Raúl dijo...

No recuerdo que versión via antes, si la de Lumet o la joya de Pérez Puig. Pero si recuerdo -una vez ya había visto las dos- aquella satisfacción rayante a algo parecido a un sentimiento patriótico-infantil al comprobar que la historia calaba en mí por igual -si no más- con actores perfectamente conocidos. Es algo que no se me va a olvidar jamás.
Recientemente la volví a ver (yo la tengo grabada desde hace un par de años) y la capacidad de emocionar sigue absolutamente intacta.

abril en paris dijo...

El sentimiento es mutuo es decir compartido.
Creo que me impresionó tanto que aún la recuerdo. La historia es densa, dramática pero en mi mente infantil se quedó grabada.
Creo que eran otra "raza" de actores irrepetibles.
todos aprendimos amar el teatro frente a la caja tonta.

Un beso Juan y feliz verano

Isidre Monés dijo...

Juan, ¿Donde estabas tù en el 72?
Es que verás, he sabido de tu devoción por el teatro, cine, TV y demás espectçaculos autóctonos, y esta tarde me ha venido a la cabeza "La Cabina" de Mercero, como nada es casual, !!bendito internet!! lo he podido ver al momento, y he :
1 Disfrutado de una sencilla maravilla del 72, recordada por todo el mundo.
2 Descubrir que es un año anterior a "Soylent Green".
3 Saber, gracias al mismo internet, las mil y una interpretaciónes filosóficas, políticas y religiosas que en 40 años ha motivado.
4 Leer que Mercero sufre Alzheymer desde el 2009.
!Uf!

Juan Herrezuelo dijo...

JOSE LUIS MC: Es cierto que nos vamos conociendo como viejos amigos. Aquellos actores tenían un acentuado sentido de lo profesional e interpretaban lo que les echaran porque era su trabajo, y lo amaban. Recuerda hasta qué edad estuvo trabajando Alexandre, el jurado número 5.

CONCHA HUERTA: Es curioso que en televisión no den ya obras de teatro pero sí, cada año, la gala de entrega de los premios Max. ¿Tiene algún sentido?

RAÚL. Yo la vi al día siguiente de publicar aquí esta entrada, y volvió a fascinarme. Y ayer vi La señorita de Trevelez, con el gran Bódalo, con Luis Varela, con Jaime Blanch, con Caffarell… De 1984, en un espacio que ya no era Estudio 1, sino La comedia. Esos son los que más nítidamente recuerdo, claro. En color y con grandes decorados. Los más lejanos son apenas impresiones.

ABRIL: Qué poco tonta era la caja cuando de ella salían Moratín, Shakespeare, Galdós, Arniches, Miller, Buero, Valle Inclán, Lope, Moliere, Oscar Wilde, Jardiel, Chejov, Benavente, Pirandello, Calderón, Mihura… Cada-semana. ¡Uf!

ISIDRE: Vi La cabina en alguna de las reposiciones que hicieron luego de ella, y recientemente, como tú, por internet. Extraordinario. Qué gran López Vázquez. Mercero ha sido muy grande. Con la reciente muerte de Galiardo hemos recordado ese Turno de oficio, la mejor ficción jurídica que se ha hecho en España.

Francisco Ortiz dijo...

Con el mejor actor de teatro que he visto yo nunca: José Bódalo. Aún recuerdo el ciclo que le dedicaron en la segunda cadena cuando murió: lo vi entero.

Anna Genovés dijo...

Me ha gsutado mucho tu artículo... Recuerdo de buen grado Estudio 1 aunque también era peque como tú -por suerte la he podido ver a posteriori.

Te seguiré, estás invitado a visitar mi blog cuando quieras. Te dejo el enlace. Un saludo,

Ann@ Genovés

PD. http://annagenoves2012.blogspot.com.es/2012/07/bovary-xxi.html

pepa mas gisbert dijo...

Efectivamente un hito en la televisión española e incluso en el teatro, Estudio 1 nos dio muchas cosas a aquellos que viviamos en "provincias". Lástima que internet (que podría serlo) no sea un recordatorio de aquello para los que lo vieron y para los que no.

Juan Herrezuelo dijo...

FRANCISCO ORTIZ: Bódalo, un tipo rocoso con un corazón de oro y un actor que se hubiera comido Hollywood de haber hablado inglés.

ANA: He recorrido gustosamente tu espacio, y leeré con tiempo ese relato...

ALMA: En la página de RTVE, en la sección archivo, hay varias de aquella obras: http://www.rtve.es/television/estudio-1/

Disfrutalas

Miguel Sanfeliu dijo...

Qué ilusión me ha hecho poder ver que, gracias a internet, puedo de nuevo disfrutar de esta obra maestra que estuve buscando durante mucho tiempo, ya que permanecía en mi recuerdo, a través de los años, como la joya que realmente es.
Un fuerte abrazo.

Raúl dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Asun dijo...

Hola soy también de aquella generación en blanco y negro, también era una niña cuando veía estos estudios 1 y los recuerdo como algo mágico e impresionante. No encuentro ningún programa actual comparable. Y eso que tenemos algunas cadenas mas de televisión. Así que te felicito por recordarnos estas joyas de nuestra cultura televisiva.
Saludos.

Juan Herrezuelo dijo...

MIGUEL: Me alegra haber sido el vehículo a través del cual has podido recuperar esta joya. Un abrazo, amigo.

ASUN: Era imposible imaginar que la televisión llegara a convertirse en lo que ahora es: mentira y frivolidad y nada.

Rochies dijo...

me encantó el ritmo de tus palabras y como nos has ido metiendo en la historia, al punto de poder verlo abriendo su baúl con los viejos tesoros, o esa amistad que va recuperando complicidades.
No me había quedado claro, y tuve que regresar, al por qué de la desaparición de 18 años, tierra de por medio, y sobre todo el abandono de una convicción, de un modo de vivir...
Siempre te leo aunque a veces no deje huella, y gracias SIEMPRE por las tuyas que valoro inmensamente.