El mismo cisne que este verano hacía temblar en su lento desplazamiento las pinceladas de un
agua que era sobre todo cielo y árboles se desliza ahora entre la niebla, en medio
de un silencio húmedo de ramas ateridas, se desliza como dejándose llevar a favor de corriente, como sin rumbo ni voluntad; y sin embargo es dueño de cada
uno de sus movimientos, tan ra-len-ti-za-dos, de cada sutil cambio de dirección
en el río, navegando blanco y elegante en compañía de otro. Claro que a saber
si es en realidad el mismo cisne, si lo es cualquiera de ellos, él o el que le sigue o la imagen invertida de sí que curva el largo cuello ahí abajo, en
proporciones exactas de identidad especular. Tal vez sea otro en cualquier caso,
como otro es el mismo río, como yo que le observó soy otro distinto del que era
hace unos meses, y es la nuestra, la de todos, una otredad que responde a razones
digamos heráclitas. Escribió Borges
que el tiempo se vuelve pasado enseguida porque el pasado es la sustancia de la
que el tiempo está hecho. Así este nuevo año es una niebla que no nos deja ver
otra cosa por ahora que el día que tenemos delante, y apenas lo alcanzamos -o
él nos alcanza-, ese día se va convirtiendo en ayer. Así es enero, así es el
invierno de nuestro descontento cuando no gozamos del imaginario sol de York ni
hay en nosotros propósitos de enmienda ni conversión al coleccionismo de kiosco
ni expectativas dignas de tal nombre: al llegar a una cierta edad, tiene uno la
sensación de que se mueve por el río de su propia vida no como el cisne, con pleno
dominio de su travesía, sino como una hoja de plátano. Basta recuperar, después
de un par de semanas de retiro, el desganado hábito de escuchar o leer las
noticias del día, para darse cuenta de que todo sigue desoladoramente igual. «¿Qué mayor prueba de que el futuro está ya
escrito que la del periódico de cada día? (escribió Rafael Sánchez
Ferlosio) ¿Cómo si no podrían pasar todos
los días exactamente treinta y dos páginas de cosas?». Escrito o no lo que
nos deparará el 2014, sean estas primeras palabras del año para transmitir mis mejores
deseos.
Foto: JFH
12 comentarios:
Apenas te leo y ya es pasado este aviso tuyo para el futuro. No sucede igual con el periódico: siempre tan vigente, tan constante en la transmisión de sus sucias noticias. Un abrazo y feliz año
"Ante la orilla sagrada donde nos espera el destino, levanta la copa y brinda por los buenos días del pasado y por todos los sueños imposibles. Seguir vivos es la victoria."
Manuel Vicent
No estaría nada mal que este año se produjera un encuentro,amigo mío.Tú y yo en una terraza junto al mar... y departir. ¿Sería imposible?
Un fuerte abrazo,querido Juan.
Niebla, penumbra, apenas una luz difuminada, amanece el día y otra vez nos desayunamos con el café caliente y el frio fuera.
¡Qué desgana infinita Juan este largo viaje hacia el ahora!
Hermosas palabras las tuyas, por desear que no quede.
Ánimo y que el año te sea propicio.
Besos
P.D. Una foto preciosa
Silencio, fluír de la vida...Parece que nuestros sentimientos y sensaciones se han puesto de acuerdo. Yo, con ver alejado el 2013 me conformo.
Los cisnes son tan bonitos en verano como en invierno aunque yo creo que son más felices en invierno, será porque no me gusta nada el calor... Nuestra mirada es la que cambia, no ellos.
Feliz Año y salud, Juan.
Muchas gracias Juan por tus buenos deseos, pero me temo que como comentas, todo "presuntamente" seguirá igual o quién sabe!!
También te deseo que en lo que esté en tu mano, al menos lo disfrutes y mucho.
Besicos muchos.
Ae agradece ese deseo y se comparte. Cuánto no sabrá ese cisne, que habrá conocido nieblas y aguas turbulentas. Testigo de tantas cosas. Y tienes razón, 32, no 33 ni 31....pero tu sabes que como la economía hay muchas historias sumergidas....Un abrazo
Que paradoja que todo cambie y mute en pasado y, en cambio, el periódico parezca inmutable y estático.
¿Será un intento desesperado de suspender la realidad? ¿De hacer como si no existiera? ¿De ignorarla?
En todo caso, mis mejores deseos para ti!!
JOSÉ LUIS MARTÍNEZ CLARÉS, FRANCISCO MACHUCA, ABRIL, MYRA, LA CASA ENCENDIDA, V, LUNA LLENA: me siento un privilegiado al contar con vuestros enriquecedores comentarios. Y sí, qué absurdo seguir leyendo el periódico cuando hace tiempo que no creemos en lo que cuentan sus 32 páginas, mentira arriba mentira abajo. Y qué estupendo sería ese encuentro en una terraza, PACO: el mar ya lo tenemos, y es el mismo, sólo nos queda reducir la distancia que separa nuestras sillas.
Cambia nuestra mirada, pero no el cisne, ni las noticias –lo más opuesto a un cisne-, inmutables, estáticas…
Y ABRIL… esa frase, “¡Qué desgana infinita este largo viaje hacia el ahora!”... No tengo palabras para agradecerte que la hayas dejado aquí, en mi espacio. La tomo en préstamo y te aseguro que la citaré a menudo, y lo haré en tu nombre. Ya lo hago desde ayer… Este laaargo viaje hacia el… ahora. Uau.
Abrazos, amigos.
Este nuevo año es esa niebla densa que impide que acertemos a descifrar lo que esconde en sus entrañas. Aun así, los cisnes se sí que se logran vislumbrar, al menos sí el interrogante de su sinuoso cuello firmando el devenir.
Todo lo mejor para este nuevo año, Juan. No metas, solo trayectos.
Un fuerte abrazo.
MARISA: Mis mejores deseos para ti. Hace tiempo ya que no me marco metas; entre la niebla es difícil alcanzarlas. Un beso.
Sean estas mis palabras de enero, para decirte aquí estoy, leyéndote. Y sé que no los contestas porque siempre llego de última y esto seguro quedó allá en la desmemoria del 2013
BELKYS: Y no sabes cuánto me alegra volver a tenerte por aquí. Hace tiempo que espero una nueva entrada en tu querido Halocubano, y estoy oyéndala mientras te contesto, amiga. Un abrazo.
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