miércoles, 8 de enero de 2014

Un año que empieza

Juan Fernández Herrezuelo

El mismo cisne que este verano hacía temblar en su lento desplazamiento las pinceladas de un agua que era sobre todo cielo y árboles se desliza ahora entre la niebla, en medio de un silencio húmedo de ramas ateridas, se desliza como dejándose llevar a favor de corriente, como sin rumbo ni voluntad; y sin embargo es dueño de cada uno de sus movimientos, tan ra-len-ti-za-dos, de cada sutil cambio de dirección en el río, navegando blanco y elegante en compañía de otro. Claro que a saber si es en realidad el mismo cisne, si lo es cualquiera de ellos, él o el que le sigue o la imagen invertida de sí que curva el largo cuello ahí abajo, en proporciones exactas de identidad especular. Tal vez sea otro en cualquier caso, como otro es el mismo río, como yo que le observó soy otro distinto del que era hace unos meses, y es la nuestra, la de todos, una otredad que responde a razones digamos heráclitas. Escribió Borges que el tiempo se vuelve pasado enseguida porque el pasado es la sustancia de la que el tiempo está hecho. Así este nuevo año es una niebla que no nos deja ver otra cosa por ahora que el día que tenemos delante, y apenas lo alcanzamos -o él nos alcanza-, ese día se va convirtiendo en ayer. Así es enero, así es el invierno de nuestro descontento cuando no gozamos del imaginario sol de York ni hay en nosotros propósitos de enmienda ni conversión al coleccionismo de kiosco ni expectativas dignas de tal nombre: al llegar a una cierta edad, tiene uno la sensación de que se mueve por el río de su propia vida no como el cisne, con pleno dominio de su travesía, sino como una hoja de plátano. Basta recuperar, después de un par de semanas de retiro, el desganado hábito de escuchar o leer las noticias del día, para darse cuenta de que todo sigue desoladoramente igual. «¿Qué mayor prueba de que el futuro está ya escrito que la del periódico de cada día? (escribió Rafael Sánchez Ferlosio) ¿Cómo si no podrían pasar todos los días exactamente treinta y dos páginas de cosas?». Escrito o no lo que nos deparará el 2014, sean estas primeras palabras del año para transmitir mis mejores deseos. 

Foto: JFH

12 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Apenas te leo y ya es pasado este aviso tuyo para el futuro. No sucede igual con el periódico: siempre tan vigente, tan constante en la transmisión de sus sucias noticias. Un abrazo y feliz año

El Doctor dijo...

"Ante la orilla sagrada donde nos espera el destino, levanta la copa y brinda por los buenos días del pasado y por todos los sueños imposibles. Seguir vivos es la victoria."
Manuel Vicent

No estaría nada mal que este año se produjera un encuentro,amigo mío.Tú y yo en una terraza junto al mar... y departir. ¿Sería imposible?

Un fuerte abrazo,querido Juan.

abril en paris dijo...

Niebla, penumbra, apenas una luz difuminada, amanece el día y otra vez nos desayunamos con el café caliente y el frio fuera.
¡Qué desgana infinita Juan este largo viaje hacia el ahora!
Hermosas palabras las tuyas, por desear que no quede.
Ánimo y que el año te sea propicio.

Besos

P.D. Una foto preciosa

Myra dijo...

Silencio, fluír de la vida...Parece que nuestros sentimientos y sensaciones se han puesto de acuerdo. Yo, con ver alejado el 2013 me conformo.

Los cisnes son tan bonitos en verano como en invierno aunque yo creo que son más felices en invierno, será porque no me gusta nada el calor... Nuestra mirada es la que cambia, no ellos.

Feliz Año y salud, Juan.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Muchas gracias Juan por tus buenos deseos, pero me temo que como comentas, todo "presuntamente" seguirá igual o quién sabe!!
También te deseo que en lo que esté en tu mano, al menos lo disfrutes y mucho.
Besicos muchos.

V dijo...

Ae agradece ese deseo y se comparte. Cuánto no sabrá ese cisne, que habrá conocido nieblas y aguas turbulentas. Testigo de tantas cosas. Y tienes razón, 32, no 33 ni 31....pero tu sabes que como la economía hay muchas historias sumergidas....Un abrazo

Luna Llena dijo...

Que paradoja que todo cambie y mute en pasado y, en cambio, el periódico parezca inmutable y estático.
¿Será un intento desesperado de suspender la realidad? ¿De hacer como si no existiera? ¿De ignorarla?

En todo caso, mis mejores deseos para ti!!

Juan Herrezuelo dijo...

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ CLARÉS, FRANCISCO MACHUCA, ABRIL, MYRA, LA CASA ENCENDIDA, V, LUNA LLENA: me siento un privilegiado al contar con vuestros enriquecedores comentarios. Y sí, qué absurdo seguir leyendo el periódico cuando hace tiempo que no creemos en lo que cuentan sus 32 páginas, mentira arriba mentira abajo. Y qué estupendo sería ese encuentro en una terraza, PACO: el mar ya lo tenemos, y es el mismo, sólo nos queda reducir la distancia que separa nuestras sillas.
Cambia nuestra mirada, pero no el cisne, ni las noticias –lo más opuesto a un cisne-, inmutables, estáticas…
Y ABRIL… esa frase, “¡Qué desgana infinita este largo viaje hacia el ahora!”... No tengo palabras para agradecerte que la hayas dejado aquí, en mi espacio. La tomo en préstamo y te aseguro que la citaré a menudo, y lo haré en tu nombre. Ya lo hago desde ayer… Este laaargo viaje hacia el… ahora. Uau.
Abrazos, amigos.

Marisa dijo...

Este nuevo año es esa niebla densa que impide que acertemos a descifrar lo que esconde en sus entrañas. Aun así, los cisnes se sí que se logran vislumbrar, al menos sí el interrogante de su sinuoso cuello firmando el devenir.

Todo lo mejor para este nuevo año, Juan. No metas, solo trayectos.

Un fuerte abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

MARISA: Mis mejores deseos para ti. Hace tiempo ya que no me marco metas; entre la niebla es difícil alcanzarlas. Un beso.

Belkys Pulido dijo...

Sean estas mis palabras de enero, para decirte aquí estoy, leyéndote. Y sé que no los contestas porque siempre llego de última y esto seguro quedó allá en la desmemoria del 2013

Juan Herrezuelo dijo...

BELKYS: Y no sabes cuánto me alegra volver a tenerte por aquí. Hace tiempo que espero una nueva entrada en tu querido Halocubano, y estoy oyéndala mientras te contesto, amiga. Un abrazo.